Si existe un elemento que hace que los seres humanos o los equipos de trabajo no se relacionen con facilidad, ese elemento es la actitud, entendiéndose ésta como la combinación de experiencias personales que provocan que actuemos con una disposición para responder a favor, en contra o con indiferencia ante ciertas personas y/o situaciones. Esta forma de reaccionar la hemos aprendido en el transcurso de nuestra vida, forma parte de nuestra conducta, pensamos que es la correcta y en base a ella actuamos y vivimos.
Una Actitud Edificante es la que demostramos cuando promovemos el bienestar de la Organización donde laboramos, además de la salud física y mental de las personas que las integran. Es una Posición ante la Vida que nos ayuda a enfrentar y solucionar situaciones o problemas. Las personas que viven de acuerdo con estas actitudes se caracterizan entre otras cosas por el empuje, la decisión, el trato humano a los demás, así como por el trabajo en equipo.
No podemos vivir de manera productiva si nuestra vida está caracterizada por una serie de actitudes destructivas, tales como: Apatía, frustración, hostilidad, pesimismo, soberbia, hipocresía, envidia, flojera, etc.,
La actitud va muy ligada a la Autoestima, entendiéndose por ésta como la aceptación incondicional de tí mismo, sin autocastigarte, ella te permite tener los sentimientos más humanos y amigables hacia ti y hacia los demás y te ayuda a sortear óptimamente cualquier circunstancia.
Las personas con una adecuada autoestima tienden a tener las siguientes cualidades: Saben trabajar bajo presión, asumen el control de su vida, buscan alternativas, tienen realizaciones, están vacunados contra la depresión, entre muchas otras.
Por ello, una persona con baja autoestima, es decir que no se acepta a sí misma difícilmente podrá aceptar a los demás, simple y sencillamente no puede dar lo que no tiene.
Cada uno de nosotros debemos hacernos cargo de nuestra propia autoestima, no podemos esperar que la gente que nos rodea nos dé el valor que esperamos, nuestra autoestima y nuestra actitud son nuestra responsabilidad, nosotros decidimos que nivel le deseamos dar a nuestra autoestima y a nuestra actitud, por ejemplo baja, media o alta, nootros al final somos quien decidimos.
Parece increíble pero cada vez que menciono este tipo de temas en mis presentaciones se acercan conmigo un sin fin de personas argumentando que sufren mucho, que su esposa no los apoya, que sus hijos no la entienden, que el vecino no los respeta y un sin fin de comentarios que reflejan claramente una actitud de Víctima, dicen que toda la gente que les rodea son unos injustos, unos mal agradecidos, unos malos compañeros, etc.,
Sinceramente creo que cuando una persona deja de sentirse víctima, cuando deja de tener lástima por ella misma, hasta ese momento pueden comenzar a cambiar las cosas de su entorno, creáme: Cuando quiera encontrar al responsable de todos sus problemas, obsérvese en un espejo y ahí lo va a encontrar.
