13 de mayo de 2009

LIDERAZGO CENTRADO EN PRINCIPIOS . COVEY


Todos queremos ser líderes. Todos queremos tener éxito en nuestros negocios, carrera profesional y vida familar. ¿Cómo hacerlo?No existe una fórmula mágica, pero a muchas personas les ha funcionado el sistema de valores de Stephen R. Covey, conocido como Liderazgo Centrado en Principios.

Este sistema promueve una serie de valores, conductas y características que definen una actitud que conduce hacia el liderazgo; entendido éste no como ser el mejor en algo, sino que abarca un concepto más amplio.
Un líder no crea seguidores, crea líderes.

Según esta visión, el líder no sólo destaca individualmente, sino que ayuda a que otros también lo hagan, goza de los beneficios del éxito y los comparte. No trata de imponerse a los demás sino que los ayuda a mejorar. Además tiene una sólida escala de valores en la cual basa su toma de decisiones.
En este artículo se presenta una reseña deL libro Liderazgo Centrado en Principios, de Stephen R. Covey.

Aprendizaje constanteLos líderes están en constante en aprendizaje, saben escuchar, se esfuerzan por aprender nuevas habilidades, buscan entrenamiento, desarrollan conocimiento. Tienen claro que cuando más aprenden, menos saben. Y la motivación para aprender y crecer proviene de ellos mismos.
Según Covey, la mejor manera de adoptar esta forma de vida es imponerse pequeñas metas y compromisos, cada vez que se alcanza una meta y un compromiso se pasa al siguiente.
Orientación hacia el servicioLa vida es una misión, no una carrera. Los líderes están para servir, no para ser servidos.
Irradian energía positivaSe trata de gente contundente, feliz y amable. Tienen una actitud optimista hacia la vida. Su espirítu es entusiasta, positivo y lleno de fe.
Creen en otras personasEllos no sobrereaccionan a los errores de otros, a las malas conductas, o las debilidades humanas. No se construyen en base de las debilidades de otros. Al contrario, creen en el potencial oculto de la gente. No ponen etiquetas, no creen en estereotipos, categorías o prejuicios. Con esta actitud contribuyen a crear un clima de oportunidad y crecimiento.
Tienen vidas equilibradasLos verdaderos líderes tienen vidas equilibradas. Leen la mejor literatura, están al tanto de las últimas noticias y disfrutan del intercambio y los retos intelectuales. Tienen una vida socialmente activa y disfrutan de tener una amplia gama de intereses.
No son extremistas, no se basan en el principio de todo o nada, bueno o malo, no dividen el mundo en dos partes. Piensan en términos de continuidad, prioridades y jerarquías, saben discriminar y diferenciar las similitudes y diferencias en cada situación.
Sus acciones son equilibradas, temperadas y moderadas. No son adictos al trabajo, fanáticos religiosos, fanáticos políticos, adictos al placer. Tampoco se autocondenan por cada error que cometen.
Buscan la sinergiaCatalizan sinergias, trabajan tan duro como inteligentemente, son muy productivos pero de maneras creativas y nuevas. En el trabajo en equipo rápidamente crean lazos y buscan como complementar y fortalecer las debilidades.
Saben delegar, les resulta fácil y natural pues creen las habilidades y conocimiento de otros. También saben separar los problemas de las personas.
Los hábitos de un líderSer proactivo. Esta es la habilidad de escoger una respuesta y una acción. El líder asume responsabilidad y toma acción.
Inician con un objetivo final claro. Tiene que ver con la imaginación y conciencia de como deben ser la cosas. Consiste en dejar de verse a uno mismo como una víctima de las circunstancias y verse como un ser con voluntad de hacer y elegir. La conciencia debe monitorear lo que uno se propone, lo que imaginó, la visión y el objetivo final.
Saber definir prioridades. No solo se deben definir las acciones necesarias a realizar sino también su orden.
Pensar siempre en ganar-ganar. El líderazgo basado en principios se basa en la acción de uno mismo y la toma de responsabilidades. Si alguien a su alrededor comete un error, no lo señala o trata mal, sino que lo ayuda a mejorar.
Buscar siempre entender y luego ser entendido. La acción tradicional de las personas cuando hay problemas es decir: “Permítame explicarle”. Pero la situación que se da es que la otra persona realmente no está escuchando ni tratando de entender sino más bien buscando una respuesta reactiva. La actitud correcta es siempre pensar: “cómo puedo ayudar a esta persona”.
Crear sinergias. Hay que tener muy claro que los equipos pueden llegar más largo que los individuos, pero para esto se necesita una buena comunicación y estar dispuestos a negociar.
Revisar continuamente el proceso. Crecer y desarrollarse debe ser constante. La persona que no lo hace cae en estilos de vida y sistemas cerrados y poco tolerantes.
Consejos para el crecimiento personal:
Comprender que el crecimiento es un proceso paulatino y ordenado. No se aprende a caminar sin saber gatear. Además es un proceso natural, que no tiene atajos, se deben pasar y superar todas las etapas.
En ese proceso evolutivo para madurar y crecer todos estamos en momentos distintos, por lo cual se debe ser tolerante y paciente.
Las comparaciones son peligrosas, pues crean inseguridad. Si una persona basa su bienestar en esas comparaciones va a estar en un momento bien y al otro no.
Para mejorar debemos iniciar de donde estamos, no de donde deberíamos o de donde otros están.
La introspección ayuda a tener un conocimiento más exacto de nuestras debilidades y de las vías para superarlas.
Siete acciones que alejan del verdadero liderazgoObtener riqueza sin trabajar. Se refiere al hecho de obtener algo sin realizar un verdadero esfuerzo o sin agregar valor, por ejemplo manipulando los mercados o a las personas, no pagando impuestos, obteniendo beneficios del gobierno sin necesitarlos.
Placer sin conciencia. Cuando las personas se dedican al placer sin tener conciencia, de una forma egoísta y solo buscando el gozo personal, lo pueden perder todo, desde el respeto social, su posición hasta sus familias.
Conocimiento sin carácter. Tener un gran conocimiento, sin un carácter firme es peligroso. Un gran desarrollo intelectual sin principios es como poner un auto de gran motor en las manos de una adolescente drogado.
Existen una serie de valores comunes que deben ser enseñados, tales como cortesía, amabilidad, dignidad e integridad.
Hacer negocios sin ética. Absolutamente todos los negocios y transacciones deben ser realizados en un marco de ética correcto, basado en los principios de legalidad y benevolencia.
Ciencia sin humanidad. Si la ciencia se convierte en pura tecnología y técnica, sin un carácter humanista, degenera en un asunto del hombre contra la humanidad.
Religión sin sacrificio. Practicar una religión sin sacrificarse, sin darle la mano al prójimo se convierte en una cuestión social y superficial.
Política sin principios. Si no existen principios no existe un verdadero norte, no hay nada en lo que se pueda confiar. Los políticos que no tienen principios solo tienen un mensaje superficial. Normalmente estos son los políticos que deben de gastar millones para construir su imagen

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